La diversidad cultural de México se manifiesta en
sus fiestas populares, tradiciones y costumbres coloridas, como la ceremonia de
Día de Muertos, celebrada en todo el país.
En todo México se colocan vistosos y coloridos
altares. Por la noche, los panteones adquieren un semblante aún más solemne que
de costumbre ya que son visitados por cientos de personas que, alumbradas por
cientos de velas, elevan sus plegarías hacia sus seres queridos.
En estas fechas aparece La Catrina, la
representación más famosa de “Su Majestad La Muerte”, nacida de la imaginación
y del sentido del humor del grabador mexicano José Guadalupe Posada.
Las ofrendas colocadas en los altares representan
a los cuatro elementos primordiales de la naturaleza: la tierra, representada
por los frutos que alimentan a las ánimas mediante su aroma; el viento,
representado por el papel picado o papel de china, mismo que por su ligereza se
mueve al paso de la brisa; el agua, colocada en un recipiente para que las
almas que nos visitan calmen su sed después del largo camino que recorren para
llegar hasta su altar; y, finalmente, el fuego en velas y veladoras,
encendiendo una por cada alma recordada, y una más por cada alma olvidada.
Entre otros elementos que se pueden apreciar en
los altares están el tradicional pan de muertos, las veladoras o velas, las
calaveras de azúcar, los dulces de calabaza, frutas, agua, pulque, mezcal o
tequila, un plato con sal, así como una cruz que señala los cuatro puntos
cardinales para que el alma encuentre su camino de ida y de regreso.
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